El Clásico no defraudó. El encuentro entre Real Madrid y F.C. Barcelona nos permitió ver un fútbol de otra dimensión, con goles para todos los gustos. De la igualdad de los primeros minutos de partido se pasó a la superioridad aplastante de los azulgrana durante la segunda parte. El resultado final: 2-6.
El marcador del Santiago Bernabéu reflejaba a pocos minutos de las diez de la noche de este sábado un resultado que recordaba más a un partido de tenis que de fútbol. Cuando el árbitro pitó el final del encuentro, apenas quedaban aficionados en las gradas, ya que muchos lo dieron por concluido cuando el equipo visitante comenzó a alejarse en el marcador. Y así hasta el definitivo 2-6.
El primero en marcar fue el Real Madrid. Una vez más, Higuaín no falló. La defensa azulgrana pareció olvidarse de él y el argentino no desaprovechó la oportunidad para transformar de cabeza el primer gol de la tarde.
Poco después, Henry abría la cuenta para el F.C. Barcelona, escapándose de sus rivales y quedándose frente a frente con Iker Casillas. El francés no se asustó ante la proximidad de uno de los porteros que mejor reacciona ante este tipo de situaciones y resolvió con eficacia, consiguiendo el 1-1. En el minuto 19 llegó el gol de Puyol de cabeza y en el 35 el de Messi. La primera parte finalizaba con 1-3 en el marcador y dejaba a los aficionados con ganas de seguir presenciando buen fútbol, un fútbol que se jugaba en otra dimensión.
En la segunda parte, Sergio Ramos acortaba distancias para el Real Madrid, pero al Barça no le temblaban las piernas y apenas dos minutos después colocaba el 2-4. Henry repetía y lo hacía también Messi en el minuto 75. Finalmente, cerraba este baile de goles Piqué, que conseguía su primer gol en la Liga y el 2-6 definitivo. Sin duda, ha sido una oportunidad para disfrutar de un fútbol que crea afición.
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